El profesor de la USC Jon Postel es el cocreador del origen de la actual infraestructura de dominios de internet. Tras comenzar con los génericos (.com, .net…) decidió que sería buena idea que cada país del mundo o territorio tuviera su propia extensión. En 1985, ya había asignado los tres primeros: .us (para Estados Unidos), .uk (para el Reino Unido) y .il (para Israel). Una década después, casi todos los países del mundo lo tenían.
Para gestionar estas extensiones específicas de países se necesitaba un administrador: alguien que vendiera los nombres de dominio, proporcionara apoyo técnico y se llevara una parte de los beneficios como compensación. Postel no pensó en conceder el poder administrativo sobre ellos a los gobiernos de cada territorio, si no que comenzó a darlos a los primeros que lo solicitaban. Postel gestionó durante años .us, y repartió lo de los principales países mayoritariamente entre colegas de universidades. Seguramente en ese momento no habría nadie más interesado o con conocimientos sobre ello. Era el espíritu de construcción de internet.
Pero eso, lógicamente, cambió.
En 1994, cuando ya había más de cien dominios de primer nivel específicos de cada país, Postel actualizó su política. Ahora los administradores de nombres de dominio específicos de un país debían tener al menos alguna conexión con los países en cuestión, se exigía llegar a un acuerdo con autoridades competentes (aunque no se especificaba que fueran los gobiernos) y también se exigía que al menos una persona involucrada en la entidad administradora de las terminaciones de dominio viviera en el país correspondiente.
El sistema no funcionó en muchos casos, con muchos empresarios occidentales consiguiendo gestionar las terminaciones de dominio de países en desarrollo. El .ly de Libia -ahora usado por ejemplo por bit.ly- fue a parar a un empresario británico que fingió vivir en Trípoli. Con el tiempo se dieron otros casos algo más adecuados: .tv, conocido por terminaciones para cadenas de televisión y ahora en auge gracias a Twitch, fue cedido por el gobierno de la también insular Tuvalu a una empresa externa -Verisign, una de las más grandes del sector- que le paga de media 5 millones de dólares anuales. No parece que sea demasiado comparado con la cantidad de dominios importantes que aloja, pero algo es algo.
Mientras Twitch.tv supone importantes ingresos para uno de los países en mayor riesgo de desaparecer a causa de la subida del nivel del mar por el Cambio Climático; Chagos no ve un centavo por todos los dominios .IO.
En los países con más peso las entidades gestoras tendieron a ser organismos sin ánimo de lucro dependientes del Gobierno. En 2001 el Departamento de Comercio de EE.UU. convenció a la empresa de Postel para que le cediera los privilegios administrativos. En España, por ejemplo, es Red.es, dependiente de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI), la empresa que gestiona los dominios nacionales.
Eso, por supuesto, no pasó con Chagos y los .io.
El dominio .io fue delegado por la Autoridad de Asignación de Números de Internet (IANA, que entonces actuaba como entidad gestora a nivel global de dominios como ahora es la ICANN) al empresario británico Paul Kane en 1997 junto con los ccTLD .ac (Isla de la Ascensión), .sh (Santa Elena) y .tm (Turkmenistán). Kane los operó bajo su empresa, que se convirtió en una de las mayores gestoras de dominios de comienzos de los 2000: Internet Computer Bureau.
En 2017, vendió su empresa con la capacidad de gestionar los .io a otro proveedor de nombre Afilias que, tras un par de adquisiciones más, es filial a su vez actualmente de un grupo llamado Ethos Capital.
Según una entrevista realizada en 2014 en el blog Gigaom a Paul Kane, este afirmaba entregar parte de sus beneficios al Gobierno británico, para que a su vez los derivara a la administración del Territorio Británico del Océano Índico. Tras ser cuestionado a raíz de la entrevista, el Gobierno británico negó haber recibido fondos por la venta de nombres de dominio .io, y argumentó que, en consecuencia, los beneficios nunca habían sido compartidos con los chagosianos.
Actualmente, los chagosianos están pugnando a nivel legal por recuperar su territorio, conseguir su independencia y, de paso, también por obtener los fondos de los dominios .io.
En 2021, el Tribunal Internacional del Derecho del Mar de las Naciones Unidas dictaminó que el Reino Unido no tiene soberanía sobre el archipiélago de Chagos, y que la soberanía pertenece a Mauricio. Esto extinguiría el Territorio Británico del Océano Índico y puede que también el dominio .io si se extendiera la norma. El Reino Unido impugnó la sentencia y no reconoce la decisión del tribunal, por lo que es probable que se inicien nuevos procesos judiciales.
En julio de 2021, el Chagos Refugees Group UK presentó una demanda ante el gobierno irlandés contra los especuladores de nombres de dominio Paul Kane y Afilias, filial de Ethos Capital, solicitando la repatriación del dominio .io y el pago de los derechos atrasados por una estimación de 7 millones de dólares anuales generados por el dominio.
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