Luego comienzas a crecer y evolucionar. Y cuando sufres contrariedades, diluyes con solvente y te das cuenta que lo mejor es conseguir, así sea con pinzas, la lección o el aprendizaje. Y surge la ganancia acompañado del consuelo de que “el mundo es así”. No hay nada más que puedas hacer.
¿Seguro? Para deslastrarme de eso, lo que hago es ayudar a quienes no pueden deshacerte de ti, de esa cosa tan terrible de sentirse atropellado. ¿Y quién me ayuda a mi?, se preguntarán algunos. No viene al caso.
Si seguir adelante. Si creer en que te disiparás. Y si, voltear la mirada hacia las cosas que valen la sonrisa o llegar a eso idílico que llaman la felicidad.
Solo aléjate. Si me vas a robar luz o energía, mejor fuera de aquí