Si faltaba algo para que Maradona fuera sinónimo de fútbol argentino es que el torneo local vuelva en el aniversario Nro 60 del natalicio del susodicho.
Para recordar a Diego, hay notas a mansalva, que pueden leer con tranquilidad y calma esta semana.
“Ho visto maradona”, de Agustín Lucas;
“Pirata por un día”,
“Zu ez zara ongi etorria Euskadira (tú no eres bienvenido en el País Vasco)”,
“El mundo en un botín”,
“Setenta y un segundos”,
“Yo quiero seguir jugando a lo perdido” de Juan Stanisci;
“Me he sentido Maradona”, de Miguel Ramón;
“Un zurdo de Lanús Gambeteando en el Olimpo”, de Santiago Nuñez;
“Avellaneda: Maradona, Darío y Maxi y el primer campeonato de mi vida”, de Nadia Fink; y
“El mes 10”, editorial de Lástima.
Diego, lo saben todos, es un tipo de opiniones políticas intrincadas. Desde el apoyo a la Cuba de Fidel al famoso “Si Menem me lleva de vicepresidente yo voy”. Y si se quiere extender la experiencia lectora entre deporte y política, se puede pasar por la nota sobre
Nestor Kirchner que realizó Federico Cavalli. Diego, a su vez, brilló en Italia, que en algún momento tuvo épocas indudablemente oscuras, recordadas en
“Benito Mussolini campeón del mundo 1934”, de Adrián Gantier.
Algún cantante dijo que Diego “muerde la lengua de Joao Havelange”, en relación al conflictivo vínculo entre Maradona y la FIFA. Y si hay una Federación deportiva con problemas de todo tipo, como analiza Esteban Bedriñan, es la
Federación Boliviana de Fútbol (link).
Diego es pueblo y potrero, como el perfume cada vez más fuerte de la novela de Lucas Bauzá, que llegó ya a su
quinta entrega. Por esas cosas Diego es un Nro 1, como también lo es Vilas, como refleja Juan Stanisci en su
nota de esta semana. Maradona también se relacionó con “Nros 1”, como pueden escuchar en nuestro
podcast sobre la relación del Diez con Charly García. Y si hablamos de “Nro 1”, la que se viene es la
primera revista de Lástima a Nadie Maestro, que nos pueden pedir por este medio, a nuestras redes, o por privado.
Este Newsletter se cierra mientras todavía hay humo y fuego de casillas quemadas en Guernica, en un operativo de desalojo brutal del gobierno provincial y la policía contra las familias que no tienen casa. Diego es barrio y, si lo recordamos a él, nos vemos en una obligación brutal de repudiar este y todos los desalojos. La tierra es para vivir.
Buen finde de mate