Así que intento construir tiempo y encontrar la calma para desarrollar las historias de personajes que hace mucho tiempo deambulan en la cabeza y quieren mostrarse al mundo.
En este boletín te comento algunas herramientas que me están ayudando.
Los personajes existen
Creer que los personajes existen puede ayudarte a escribir tu novela, tu obra teatral o tu guion. Dickens lo creyó. Tarantino lo cree. Scott Myers dice ponerse en disposición de creer puede llevarte a escuchar qué historia quieren contarte tus personajes. Sobre todo, esto escribí en la revista Yorokobu:
Los personajes existen: creer esto mejorará tu escritura.
El consejo de Neil Gaiman
Si nadie compra lo que escribes ni recibes los premios que esperas y tu amigo no reclama más páginas de tu trabajo en progreso… Neil Gaiman quizá te habla a ti cuando dice:
«Cuando era joven envié cuentos y me los devolvieron. [Una y otra vez] Y me pregunté: “O no soy bueno o no entiendo el mundo” (…) En un taller descubrí que escribía cosas que se parecían a cosas de otros escritores… pero no tenía nada que decir. Eso me hizo reflexionar».
Encontrar la calma
La quietud es la clave y
Diario para estoicos son libros escritos por Ryan Holiday que leo cada día buscando la calma que necesito. Son recopilaciones de pensamientos de Séneca, Marco Aurelio y otros estoicos (entre ellos, artistas).
Quizá no te descubran nada nuevo, pero te recuerdan cosas que sabías y olvidaste con el ajetreo de los días.
Gracias a la calma que estoy recuperando, consigo que mis trabajos de encargo o autoimpuestos salgan adelante sin culpa por hacer menos ni agotamiento por trabajar más, que no siempre significa trabajar mejor.
La aplicación que me está salvando el día
En la pasada semana escribí dos artículos para la
revista en papel de Yorokobu; otro para la revista online, edite dos vídeos que espero pronto se publiquen; escribí por encargo el guion de un cómic de 8 páginas; preparé un taller sobre creatividad que daré en Sevilla; escribí 5 páginas de un manual de diálogos; analicé un guion de 75 páginas; mantuve la casa limpia todos los días e hice las cenas para mí y mi esposa que trabaja hasta tarde. No sé si es mucho o poco, pero tareas similares me llevaron otras veces demasiado tiempo y energía.