Como esto de ponerse honesto me está gustando, debo admitir que la experiencia fue algo agridulce. No tanto por la atención que fue muy buena, sino más bien por la sensación de derrota que se te queda. Percibes que los chavales te escuchan, pero tampoco ves que se les encienda alguna bombilla. Ya me lo habían advertido. “Javier no esperes preguntas, intenta propiciarlas”. Pero aún así, casi ninguna pregunta o intervención por parte de los alumnos. Reconozco que me curré la presentación y que le dediqué un buen rato. Viendo el tema (¡redes sociales!) esperaba algo más. Para la próxima buscaré si el bueno de Sun Tzu dejó escrito algo al respecto.