Maxi Passareli es lo mejor de los dos mundos: librero y cineasta 📽️ Nos contaron por cucaracha que ya tiene hecha su grilla con películas para ver en el evento joyita de la semana, el BAFICI ✨ Por esta razón, nos parece la persona más adecuada para recomendarles qué películas ver esta edición 👇
Al grano, pues: probablemente Luciana Acuña y Alejo Moguillansky sean lo mejor del cine argentino contemporáneo. Salen al encuentro de la barrera que separa al arte de la vida para filmarse saltándola. Viendo su cine unx se siente tentadx a pensar que otra vida es posible: una vida parecida, pero radicalmente distinta, elevada por la gracia de la ficción.
Se dice por ahí que Hong se repite, pero no es cierto. Él revisa el pasado (el de su carrera como cineasta y el de sus historias) y se pregunta qué podría haber salido distinto. Y entonces todo vuelve a empezar y con cada comienzo se renueva la esperanza de un futuro distinto. Es un cine de primeros amores, de primeras experiencias. Todo en él es nuevo todo el tiempo porque el tiempo del director es el de las introducciones. Ahí, cuando todo es maravilla.
Dos motivos, de entre varios, para recomendar a Claire Denis:
Este tipo es el guionista de “Taxi Driver”. Schrader se plantea ahí lo que se va a preguntar en todas sus películas: ¿se puede seguir viviendo después de una experiencia traumática? ¿Se puede seguir viviendo después de haber hecho lo peor?. Qué hermosas y terribles son las estructuras dramáticas de Schrader: todo se organiza alrededor de un tipo muerto en vida que desde su living, donde no hay más que una chimenea, un escritorio, un cuaderno, una lapicera y un vaso con whisky, escribe su diario. Todo allí es útil y profundamente inutil: cada vez que el cuaderno se llena va a parar al fuego. Hay algo en esa imagen que me maravilla: la obra, la vida tirada al fuego.
Esta recomendación es un poco tramposa porque no estoy tan seguro de que su última película sea buena. Ahora bien, después de
Caro diario y
Aprile la deuda y la gratitud hacia Moretti es para toda la vida. La dicha, en mi caso, llega cuando logró sentirme un niño. Cuando la estupidez es hermosa y el juego es regla. El cine de Nanni siempre fue una llave hacia ese estado tan molesto para quienes no participan. La sala de cine, entonces, es un lugar ideal, ya que, si tenemos suerte, puede convertirse en un jardín de infantes guiado por
este adulto impresentable:
Si Schrader se pregunta cómo se sigue después del trauma yo me pregunto cómo se hace para seguir haciendo lo de siempre después de ver La aventura. El peso de la rutina siempre termina devolviendo las cosas a su lugar, pero en las primeras horas, después de ver la película de Antonioni, unx juraría que ya fue suficiente, que todo va a cambiar, que a la vida conocida se la acaba de llevar un viento huracanado.