Una de las transformaciones más interesantes que están produciendo la tecnología y los nuevos modelos de negocio sobre la economía es que el acceso al equity (la propiedad de activos), es cada vez más amplia.
Lo que hasta hace poco era un mundo con no pocas barreras de entrada y cierta sofisticación (operar en bolsa, invertir en startups, comprar propiedades), se va haciendo más y más accesible.
Bajan los costos de entrada, se simplifican los procesos, se amplía el alcance.
Cada vez más personas son inversores. En algunos casos por caminos “tradicionales”. Por ejemplo, el broker online
Robin Hood que opera sin cobrar comisiones ha sido el artífice de toda una nueva generación de traders, al estilo de los que se agrupan en el grupo de Reddit
Wall Street Bets.
En otros, el camino es la búsqueda de crear la propia empresa o producto que les permita generar un ingreso que no dependa de un empleo.
Finalmente, el tercer caso, muy asociado a todo lo que se considera economía de creadores, es el de aquellos que, antes que un producto, lo que tienen y lo que hacen crecer es una audiencia, una comunidad de seguidores.
Tener la atención y, más importante, la confianza de un grupo de personas con similares intereses, es el activo más valioso que se pueda pensar para cualquier emprendedor wanabee.
En este caso, la regla sería, conseguir la confianza primero y monetizar después.
El streamer o youtuber que tiene una audiencia leal, tiene a disposición decenas de formas de transformar esa atención y confianza en dinero.
Es un activo intangible… y monetizable.