La bencina del Síndrome del Impostor es compararte con los demás. Está bien admirar a otros, pero seguro que van al baño. Todos vamos al baño. Todos expresamos en redes sociales una versión editada de nosotros mismos. Compararse
es como competir con el fantasma de Mario Kart: no existen. Solo son tiempo. Si les va mejor, vuelve a la máxima:
todos alguna vez se han sentido como un impostor. Te regalo
una reflexión de Tina Fey “La belleza del síndrome del impostor es que vacila entre una egomanía extrema y un sentimiento completo de: ‘¡Soy un fraude! ¡Oh Dios, me están persiguiendo! ¡Soy un fraude! Así que intentas montar la egomanía cuando aparece y disfrutarla, para luego deslizarte a través de la idea del fraude. En serio, me acabo de dar cuenta de que casi todo el mundo es un fraude, así que trato de no sentirme mal por ello".
Cuatro maneras de matar al impostor que sientes que llevas dentro (¡Y no, no es como en el Among Us!) 🔸Reprograma cómo te sientes contigo. Todos sabemos cómo suena esa vocesita que dice “no soy tan bueno” o “eso lo hace cualquiera”. Refuerza tus logros y haz algo distinto: ¡habla bien de ti! Mira tus logros, tenlos en fotos, recuérdalos. 🔸Sé dueño de tus logros. Todos hacemos las tareas de manera única. Si aplicaste tus conocimientos y habilidades únicas, estás bien. Si te cuesta poco, no te sientas culpable: demuestra tus mejores capacidades en otra parte del proceso y ya está. 🔸Reconoce tu valor. Analiza qué le has dado a las personas a tu alrededor. Acepta las felicitaciones. Si alguien te cuenta que le sirvió lo que hiciste, agradécele y agradécete. Tu impacto es clave. 🔸Habla con alguien al respecto. Te aseguro que vas a descubrir que si no ves el valor en ti, otros lo ven. Pero escucha en que todos coinciden. Ahí esta la clave.
Como todos, por supuesto he sentido que no me merezco cosas. Algo que me ayudó a salir de ahí, además de la terapia,
fue el ateísmo. En mi experiencia, intransferible, personal, quizás errada –respeto mucho a los que creen, qué buen regalo debe ser que un texto te solucione las cosas– al final
uno se latiga a sí mismo, esperando un éxtasis para lograr un regalo.
Es un relato cristiano. Y desde que empecé a verlo de manera critica me sirvió mucho darme cuenta que solo perdía tiempo. Que si ya me ponía de objetivo no hacer daño, el resto depende de cómo juguemos el juego. Cómo nos contamos el cuento. Cómo ejecutamos y dejamos de suponer cosas.
Cómo matamos la falsa épica. 👌👌 En síntesis: deja de sentirte un fraude: ¿has visto a los ministros? ¡Hasta llegan a ser candidatos a Presidente! 👋 Por cada vez que sientas culpa por ser tú, hay alguien aprovechándose de eso y haciendo trampa.
Deja atrás el Síndrome del Impostor. Haz justicia y valórate. Visualiza dónde vas a terminar. Y dale.👊