Recuerda que casi todo el mundo es lento e indeciso. Tú no seas así.
Haz que la vida te tome en serio a través de actuar en serio.
Sé elegante y visionario. Deja de calcular el peso de las cosas basado solamente en la dimensión del precio. Esto lo hace cualquiera y por eso tienen los mismos problemas. Tú ábrete a más dimensiones y evalúa todo basado en las oportunidades que tu decisión te va a generar.
Por muy inteligente que te consideres, tu versión actual no sabe construir muchas cosas que te convienen. No le hagas caso a tu mentalidad de hoy, mejor afínala y pon atención a tu versión de treinta años en el futuro que siempre te va a dar una lente superior para moverte.
Pasé en menos de una década de estar atrapado en un empleo frustrante de trece mil pesos mexicanos al mes (menos impuestos, claro está) a convertir mi trabajo en escribir artículos, libros, dar conferencias, lanzar mis ideas, vender coaching y colaborar con grandes instituciones y empresas, todo en mis términos.
Tu cerebro reptiliano siempre te quiere sabotear diciéndote que no te metas en cosas raras. Yo te digo lo opuesto. Y por cierto, edúcalo: dile que no te va a dominar.